Un ratoncito en Palacio Nacional

Francisco Rodríguez

Más solo que el Judas de Iztapalapa, convertido en el ratoncito del parto de los montes -el que resultaba del fallido augurio del nacimiento de titanes-, la aparición del hombrecillo en el escenario masiosaresco escogido para mostrar toda su debilidad ante la emergencia nacional, es de auténtica conmiseración, de lástima por su futuro y de la desgracia de un país.